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Lou Reed - Transformer
























Lewis Allen Reed, mas conocido com Lou Reed, nació el 2 de marzo de 1942 en Freeport-Long Island (Nueva York). Cantante y escritor de rock, es considerado el padre del rock alternativo, primero como líder del grupo The Velvet Underground y luego como solista.
Tuvo una enorme influencia en el arte pop desde la década del 60, y sus principales discos son Transformer, y Rock'n Roll Animal, destacándose además el soberbio concierto que ofreció en el Meltdown Festival, "Perfect Night Live in London".
En su época de The Velvet Underground escribió canciones que han pasado a la historia de la música pop, como "Heroin", "Rock and roll" y "Sweet Jane".
Reed era un fan del rock and roll y el rhythm and blues, que tocaba en varias bandas durante su época de estudiante, y había grabado un disco sencillo de estilo "doo wop" como miembro de The Shades.
Asistió a la Universidad de Syracuse, donde conoció al poeta Delmore Schwartz, quien lo animó a convertirse en escritor. Reed también incursionó en el "free jazz" y en la "música experimental", afirmando que sus objetivos eran "traer la sensibilidad de la novela a la música rock" o escribir "la gran novela americana" en un disco.
Cuando se trasladó a la ciudad de Nueva York, trabajó como escritor de canciones para Pickwick Records, y luego cofundó The Velvet Underground como guitarrista, vocalista y letrista, junto con John Cale, Sterling Morrison y Maureen Tucker.
Aunque la banda se deshizo en 1970 y nunca tuvo éxito comercial, su reputación como uno de los grupos más influyentes en la cultura underground se ha mantenido intacta.




















Después de dejar la Velvet Underground en agosto de 1970, tomó un trabajo en la empresa de contabilidad de su padre como mecanógrafo, con un sueldo de 40 libras a la semana.
Sin embargo un año después, firmó un contrato discográfico con RCA y grabó su primer álbum solista en Inglaterra, con la colaboración de músicos del grupo Yes, como el tecladista Rick Wakeman y el guitarrista Steve Howe.
El álbum, simplemente titulado Lou Reed, contenía versiones alternativas de canciones con The Velvet Underground muchas de las cuales fueron descartadas y archivadas, y que pueden encontrarse editadas en el box set Peel Slowly and See.
Pese a su calidad musical este primer trabajo solista pasó desapercibido por los críticos y tuvo muy pocas ventas.
Luego del fracaso de su primer álbum, a finales de 1972, Lou Reed trató de re-orientar su carrera musical lanzando Transformer, un álbum de glam rock producido por David Bowie.
Con él, Reed se adelantó a su tiempo en la elección de los temas, ya que la música popular no se pondría a su altura hasta la aparición de los punks, entre mediados y finales de los 70, pero incluso entonces sus canciones eran únicas.
Ya fuese entre guitarras distorsionadas o suavemente melódicas, Reed cantaba sobre las cosas desasosegantes, incluso sórdidas, que otros letristas no trataban.
"Perfect day", solo por dar un ejemplo, es una elegía a la adicción de Reed a la heroína, más tarde incluída en la banda sonora de la película Trainspotting.

("Perfect day" - Video film "Trainspotting")

En el material que escogía, Reed seguía y actualizaba a autores tales como Allen Ginsberg y Jean Genet. Su personalidad también fué avanzada, prefiriendo el cuero negro y la imaginería sadomasoquista, incluso en la época hippie.

"A veces el destino resulta caprichoso, Lou Reed encontró el éxito de la manera más insospechada y con uno de sus discos menos característicos.
Aparentemente condenado a habitar los márgenes para siempre, a no encontrar una vía directa de conexión con el gran público, tuvo que ser David Bowie quien lo rescatara. La gran estrella del momento, recibió encantado el encargo de producir a un artista del que era absoluto fan desde los tiempos del debut de la Velvet Underground.
Como intentó con los Stooges y finalmente consiguió con Iggy Pop, la operación rescate se desarrolló con un plan claro y con cierta manipulación del personaje en cuestión.
El talento del guitarrista Mick Ronson, las canciones de Reed, y una producción extravagante pero por momentos genial, le otorgaron a Reed el papel de ícono oscuro del rock and roll. La versión cruda, auténtica y callejera de la ambigüedad sexual, el aroma decadente y el perverso mensaje del glam rock, hasta que él propio Reed se decidió a ser otra cosa.
Había en Transformer alguna referencia al rock and roll crudo que caracterizó a Reed con su grupo original.
La fantástica "Vicious", es puro Velvet, con sus punteos estridentes y nerviosos, y su cínica letra. "Hangin round", con su riff característico y desfavorecedor, y retrato de personajes mediante, mantiene el hilo con un glorioso pasado.
"Wagon wheel" y "I’m so free" pueden significar un puente entre el sonido de Reed y los nuevos tiempos que el "glam rock" estaba imponiendo.
Pero sobre todo, Bowie y Ronson dieron con una imágen completamente distinta de Lou Reed, hasta insertar su peculiar voz en ideas tan extravagantes como el aire de cabaret decadente de cosas como "Goodnight ladies", y "New York telephone conversation", o el acompañamiento de tuba de "Make up".
Sin duda, algunas de esas ideas pudieron funcionar mejor que otras, pero las canciones estaban allí, y por momentos los aportes de Bowie y Ronson tenían, y aún tienen, madera de clásicos.
No es necesario referirse demasiado a algo tan original como "Walk on the wild side", en la que Reed repasa, a modo de saludo irónico y gráfico, una galería de personajes del entorno de la Factory de Warhol con toda su crudeza característica.

("Walk on the wild side")

Pero conviene examinar con interés la producción, y preguntarse si "eso" es rock and roll, al menos tal y como se entendía hasta entonces, con esos arreglos de cuerda, el tratamiento de las voces y el solo de saxo.
Y siempre es un placer escuchar la expresiva interacción entre el característico recitado de Reed y el contrabajo de Herbie Flowers, tal y como sucede también en la estupenda "Andy’s chest".
En "Satellite of love", su recargada producción y delicada melodía puede distraer de la celosa paranoia del protagonista. Pero estos contrastes están en la esencia del negro sentido del humor que ha hecho tan grande a Reed.

("Satellite of love")

Y queda para el final la verdadera joya de la corona, "Perfect Day", la gran canción a medida que Frank Sinatra se murió sin grabar, y una de las mayores cumbres de la música pop.
Como en toda gran canción de Reed, las cosas no son lo que parecen, y por debajo de los suntuosos arreglos de cuerdas de Ronson, de la aparente cursilería de las visitas al zoo, del cine, de la sangría a medias en el parque, del perfecto día en pareja, late algo más.
Ya lo advierte el narrador, hay algo que no encaja, "Un día tan perfecto, que me hiciste olvidarme de mí mismo, me hiciste creer que era alguien distinto, alguien bueno".
Por eso cuando llegan los momentos finales, cuando el piano gotea notas y las ampulosas cuerdas le dan todo el dramatismo del mundo al asunto, oímos a Reed reiterar enigmáticamente que, "vas a recoger lo que has sembrado".
Y de alguna manera ya no estamos tan cómodos, todo parece terriblemente triste, terriblemente hermoso, y terriblemente real.
Así creó Lou Reed su obra maestra, Transformer es, sin dudas, un disco especial y distinto, imperfecto e irrepetible, y nos muestra un lado de Reed que no volveríamos a ver jamás, y la verdad es que a veces se echa de menos".
(Fuente: Feedback-Zine - Texto: Enrique Martinez-02/2004)