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Patti Smith
























Patricia Lee, mas conocida como "Patti" Smith, cantante y poetisa norteamericana, nació en Chicago el 30 de diciembre de 1946, y saltó a la fama impactando al mundo durante el auge del movimiento punk, con su disco debut Horses(1975).
Llamada "la poetisa laureada del punk rock", trajo un punto de vista feminista e intelectual a la musica punk de New York, y se convirtió en una de las artistas más influyentes dentro de la música rock, integrándola con un estilo de poesía beat y rompiendo los esquemas de una simple cantante.
Sus alusiones introdujeron la poesía francesa del siglo XIX a la juventud norteamericana, mientras que su imagen andrógina y poco femenina desafiaron a la "era Disco".

Seguidamente, se reproducen algunos fragmentos de una entrevista realizada en Londres, y extraída de "ELPAIS.COM" de España, con motivo del lanzamiento de su último álbum "Twelve".















Sinceramente la misma no tiene desperdicios y la pinta a Patti de cuerpo entero.

Un tótem del rock, ahora ha vuelto tan crítica como siempre, o casi, con "Twelve", un disco de 12 temas para oponerse a la era del miedo "made in Bush".
Ésta no es la inflamada Patti Smith de los setenta, en los últimos tiempos ha depurado su imagen, eliminando aspectos polémicos.
Por ejemplo, se negó a participar en "Por favor, mátame", la historia coral del punk rock de Nueva York ; traducida incompleta en 1996, se ha reeditado íntegra a través de Discos Crudos.
Tal vez eso explique que en el libro sea tratada como una arribista y, ¿con cierta admiración?, como infalible seductora de chicos guapos, de Tom Verlaine a Jim Carroll.

¿Ha leído "Por favor, mátame"?

No tengo mucha simpatía por ese libro. Conozco a los autores (Legs McNeil y Gillian McCain) e imaginé que no estaban interesados en una historia cultural del downtown neoyorquino. Se han conformado con una crónica de sexo y drogas.
Es correcto, todo eso ocurría. Finalmente, me parece triste. Es como si hicieras una historia del París artístico y sólo contaras cuántas mujeres se llevó a la cama Picasso o lo que tomaba Modigliani.

¿Tenía conciencia de que aquellos años eran una edad de oro del rock?

No, eso se piensa retrospectivamente. Me parece más impresionante haber conocido el Chelsea Hotel en 1969. Allí te cruzabas con Janis Joplin, Jimi Hendrix, Allen Ginsberg, William Burroughs, Leonard Cohen, Sam Sheppard y yo éramos los recién llegados, con ojos muy abiertos.
Pero todos los escritores beat estaban en activo y funcionaban como guías espirituales. Puede que esa cadena se rompiera con los punkis, que no reconocían fácilmente predecesores fuera del rock de garaje.
La excepción fue The Clash, donde había vocación política y una enorme cultura musical.
















¿En qué se diferenciaba su planteamiento creativo del de, digamos, The Ramones?

Eran críos de barrio, no muy diferentes de lo que yo misma era a mediados de los sesenta. Ellos con mucha más energía, desde luego.
Pero en 1975 ya llevaba bastante tiempo en Manhattan, en un ambiente muy artístico. Tenía casi treinta años cuando saqué mi primer álbum. No tomaba drogas, no bebía, no aceptaba el nihilismo.
Para mí, el rock and roll no era un fin en sí mismo: era un medio para transmitir belleza, trascendencia, visiones.

Usted articulaba un rechazo de las religiones organizadas.
"Gloria" comenzaba con una declaración demoledora: "Jesucristo murió por los pecados de alguien, pero no por los míos".

Oh!!, por favor !!. Eso era parte de un poema que escribí en 1970. No podía imaginarme que, casi cuarenta años después, tuviera que seguir definiéndome por esos versos.
Ahora lo expresaría de otra manera, no quisiera ofender las creencias de los cristianos o la memoria de Jesucristo. Más que un rechazo de las religiones, era una proclama personal, una afirmación del deseo de crearme una vida fuera de las expectativas que nos legaron nuestros mayores.

Me da la sensación de que ahora pretende limar sus aristas. Imagino que me dirá que, para usted, "White rabbit", de The Jefferson Airplane, ya no tiene connotaciones psicodélicas.

Si se le quita las evocaciones hippies, es un trozo de "Alicia en el país de las maravillas".
Yo no estoy en contra de las drogas, pueden ser instrumentos valiosos para el conocimiento del mundo y de nosotros mismos. Lo que no soporto es el uso recreativo de sustancias peligrosas, hemos perdido el respeto por sus poderes.
Las drogas son sacramentos y deben ser tomadas como parte de rituales sagrados, igual que en la antigüedad o en las tribus indias.
De todas formas, he cantado "White rabbit" como reconocimiento a Grace Slick.
En Jefferson Airplane, ella saltaba las fronteras de su sexo. Antes había grandes cantantes femeninas que expresaban sufrimiento o sexualidad. Pero Grace entraba en territorio masculino con gran naturalidad. Recuerdo haber pensado: "Hmmmm, esto es interesante".

Ya que lo menciona, usted también rompía esquemas sexuales.
Aparte de su imagen andrógina, también hacía canciones lesbianas, tanto en su primer disco, "Horses", como en las letras que escribía para Blue Öyster Cult. Es una temática que luego abandonó, pero que ha sido reivindicada por muchas rockeras militantes.

Era una forma de provocación. Actuábamos en New York, y el problema principal consistía en sacar al público de su impavidez cool.
En realidad, no merezco ser modelo de las riot girls y movimientos similares, soy aburridamente heterosexual.
















No está exagerando su normalidad. En 1980, sin siquiera una gira de despedida, Patti abandonó el mundo del rock.
Se casó con Fred Sonic Smith, guitarrista de una banda antaño revolucionaria, MC5, y se retiraron a vivir anónimamente en Detroit, urbe en decadencia industrial.
Durante 15 años no se supo prácticamente nada de ella. Precisemos, sí, sacó un disco "Dream of life"(1988), pero era tan convencional en mensajes y sonidos que apenas parecía conectar con el pasado del matrimonio.

Cuesta pensar que no había un plan maestro en su retiro a Detroit.

[Risa sarcástica]. Sí, el plan maestro era formar una familia. Me pareció más importante que mantener la fantasía de ser una estrella del rock and roll. Había vivido todo lo que me podía ofrecer la música. Empecé recitando con un guitarrista, en pequeñas librerías del downtown, y terminé actuando en grandes estadios.
Tener dos hijos me resultó mucho más estimulante que lograr discos de platino.
¡No fue un sacrificio! Bueno, sí en algunos aspectos; no teníamos mucho dinero; no teníamos asistentes o chofer.

Quiero decir, había probado otras formas de expresión antes de llegar al rock; poesía, pintura, periodismo, teatro. Pero lo dejó de la noche a la mañana.

Eso es inexacto. En Detroit mejoré mi técnica con la voz, la guitarra, el clarinete. Fred también me impulsó a componer sin ideas preconcebidas. No dejé el rock. Esencialmente, el rock es expresión, no un estilo de vida estereotipado.
Puedes hacer rock sin salir del sótano de tu casa. Fred y yo éramos dos ciudadanos más, con un pasado interesante, pero con vidas tranquilas.

De golpe, el castillo se derrumbó. Fallecieron su amante (el fotógrafo Robert Mapplethorpe), su teclista (Richard Sohl), su marido y su hermano Todd.
Tras pasar por tratamiento psicológico, hizo las maletas y se volvió a instalar en New York, donde retomó la carrera musical.
















¿Cómo se sintió al regresar a su ciudad adoptiva?

Decepcionada. El alcalde Giuliani estaba convirtiendo Manhattan en un parque temático para turistas. Económicamente, estaba echando a los artistas fuera de la isla.
Ahora, en Manhattan sólo pueden vivir decentemente los millonarios. Y les gusta presumir de que son los amos. Creo que una ciudad creativa necesita la convivencia de todas las clases, como en Europa.

De todos modos, la ciudad la recibió como una hija pródiga.
El pasado año le correspondió el honor de ofrecer la última actuación en el CBGB, el antro que acogió a la insurrección punk.
En tres horas y media repasó su repertorio clásico, recordó a la quinta del imperdible y hasta tocó canciones de su próximo disco.

¿Cómo confeccionó la lista de las canciones que terminaron en "Twelve"?

Cuando intentas hacer un disco de versiones, quieres cubrir diferentes necesidades. Rendir tributo a tus maestros, desde luego, y situarte respecto a ellos. En mi caso, también quería tratar del presente, que es la guerra de Irak.
Luego, están las coincidencias. Yo suelo soñar con canciones. Una noche soñé que estaba escuchando a los Doors tocando "Soul kitchen".
Al día siguiente me crucé con un camión enorme y en la cabina estaba sonando "Soul kitchen".
Durante una semana la escuché en muchos lugares. Así que miré hacia arriba y dije: "De acuerdo, Jim Morrison, ya entiendo tu sugerencia".

Es curioso, en "Por favor, mátame" se habla del punk rock como algo que pretendía acabar con las canciones de Paul Simon y ese civilizado pop que parece pensado para lectores de "The New Yorker" y espectadores de Woody Allen. Y aquí llega usted con un tema de Paul Simon, "The boy in the bubble"?.

Yo quería iluminar el momento que vivimos. Esa canción habla del terrorismo, de la vigilancia con cámaras, de amenazas que creíamos propias de otros países y que ahora sufrimos en nuestras carnes.

Para usted, las letras son decisivas, ¿verdad?

Son un espejo que refleja nuestro tiempo. Por su gran poder sintético, su capacidad de evocación. En realidad, "Twelve" se centra en las letras.
Bastantes de esas canciones tenían originalmente mucha producción, un sonido tan embriagador que no apreciabas su mensaje; he quitado capas de música para quedarme con el núcleo.
"Within you, without you", de los Beatles, estaba tan llena de aromas orientales que ahora puedes oírla como una pieza de época, huele a incienso.
Si lo tocas con los mínimos instrumentos, como hemos hecho nosotros, descubres que George Harrison decía cosas hermosas sobre el poder redentor del amor.

("Within you without you)

Su disco comienza con "Are you experienced ?", un tema poco interpretado de Jimi Hendrix, un Hendrix hasta reflexivo.

Le conocí fuera del escenario y no se parecía en nada al Hendrix salvaje de la leyenda. Era tímido y con una gran curiosidad intelectual, le interesaba cultivarse, preguntaba por poetas sin acomplejarse.
Tenía ideas estéticamente revolucionarias, hablaba de juntar músicos de diferentes lugares para crear una "Orquesta del Mundo".
Había revolucionado la guitarra eléctrica y creo que buscaba una nueva misión, quería crear un esperanto musical.

Recupera uno de los himnos generacionales de los Rolling Stones, "Gimme shelter".

Es una canción tan arrolladora, tan buena para bailar, que quizá olvidamos que ofrece opciones. Canta Mick Jagger: "La guerra está a un tiro de distancia". Pero también dice lo de "el amor está a la distancia de un beso".
Puedes usar un arma para matar a alguien, pero también puedes abrazar a alguien.
Es una forma muy simple, pero muy poderosa, para recordar nuestras posibilidades. La letra comienza de forma ominosa; cuando la canto se me vienen a la cabeza fragmentos del Guernica, de Picasso.
Es un cuadro que me obsesiona. Lo veía regularmente cuando estaba en New York y no dejo de visitarlo cuando paso por Madrid.

("Gimme shelter")

No podía faltar un tema de Bob Dylan, ¿verdad?

Creo que no hay nadie que me haya influido tanto, desde la forma de vestir hasta las técnicas para componer. Además, Bob me ayudó cuando volví a actuar, en 1995.
Me sacó de gira en un momento muy duro. Y cada noche me besaba en el escenario.
Me faltan las palabras para describir mi agradecimiento. A veces me trata como un padre a una hija. Y debo recordárselo: "Bob, sólo me llevas dos años".

¿Tiene una teoría respecto a ese ritmo infernal de Dylan? Se tira casi todo el año girando, y no es por necesidades financieras.

Creo que es lo que justifica su vida. Es un hombre muy reservado, no está en su naturaleza el ir a fiestas o a conciertos. Su forma de conectar con el mundo consiste en actuar. Es un trovador y debe poner en práctica su oficio.

Bruce Springsteen es la notable ausencia entre los autores de "Twelve".
El mayor éxito comercial de Patti fue "Because the night", una apasionada composición de Bruce que ella adaptó.
Aquello ocurrió en 1978, la primera vez que una pieza de Springsteen llegaba a la zona alta de las listas. Dado que ambos venían de New Jersey, se les atribuyó una similitud en trayectorias que ella hoy niega.

Sólo coincidimos en New York, no en New Jersey. Él es del norte del Estado, yo soy del sur, que tira hacia lo rural. Creo que su familia era católica, mientras en la mía eran testigos de Jehová.
Dos mundos diferentes. Me ocurre lo mismo cuando veo "Los Soprano", que se supone que también transcurre en New Jersey: "Esta gente no eran vecinos míos"(risas).

Sin embargo, se pueden ver paralelismos con Bruce. Dos solitarios que son salvados por el rock.

Habría que matizar. El rock era una exclusiva de gente con un ego enorme, que presumía de su seguridad emocional o sexual. Puede que en los setenta apareciéramos personas más frágiles, con muchas dudas y carencias.
La primera vez que actué fuera de Estados Unidos fue aquí, en Londres. Aunque hablemos el mismo idioma, no creía que me entendieran.
Cuando me aplaudieron, sentí que se me despejaba el horizonte: "Esto funciona".
No sé si el rock me salvó, pero sí creo que me ha permitido llevar una vida interesante. Cuando voy a Granada y me enseñan la casa de Lorca, creo que todo ha valido la pena.
The end. :)
El último video pertenece justamente a "Because the night", es acompañada en piano por Sarah Mc Lachlan, y con un presentador de lujo.

Por último, consultada por la revista Rolling Stone sobre: ¿Que cosas creía que había cambiado su generación para bien ? Declaró :

El movimiento de mujeres continúa siendo fuerte. Es activo y observante. A nadie se le ocurriría interferir con lo cambios que las mujeres hicimos desde los 60. Habría una protesta universal.
El rock and roll, es más que música. Es una consciencia que se mezcla con nuestras ideologías; las marchas por los derechos civiles, Vietnam.
La música de los 60 era un sinónimo de lo que estaba pasando en el mundo. Y aquella música, conscientemente o no, seguirá siendo un molde del activismo.
En estos días es difícil incluso tener esperanzas, pero yo sigo rezando y agradeciéndole a Dios, por la gente que no solo es consciente, sino que además trabaja para cambiar el mundo.